Newman, que nació el 26 de enero 1925, y se convirtió en uno de los grandes mitos de la historia del cine, estaba retirado desde 2002, tras el rodaje de ‘Camino a la perdición’, donde compartió escenas con Tom Hanks, a las ordenes de Sam Mendes. En 2006, tuvo otro acercamiento con el séptimo arte al poner voz a Doc Hudson, uno de los protagonistas de la película de animación ‘Cars’.
Era uno de los grandes, de los últimos gigantes que le quedan a un Hollywood que hoy está devorado por el plástico. Un pedazo de actor que llenaba pantalla y derramaba talento. Un tipo que lo tuvo difícil porque era demasiado guapo, pero que supo moldearse para hacer creíbles a los esteparios con corazón roto. Newman cuenta con un puñado de películas cuyas imágenes han dejado huellas al rojo vivo en la memoria cinéfila de la gente; con él desaparece uno de los más grandes actores del cine norteamericano de todos los tiempos. Era una leyenda, y como tal leyenda continuará viva, aunque sabe a tópico tontorrón este pensamiento. Newman ha muerto, y quedan sus películas pero el hombre de los bonitos ojos azules ya no está entre nosotros.
información:
www.blogdecine.com
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario